Buscando a los bichejos vimos un montón de cosas de las que a mí me gustan: panes tamaño XXL, una torta de aceite y azúcar requetebuenísima, artilugios del pasado, cestas, escudos, caballeros, lecheras, caramelos....
Y mucho ambiente. Y espectáculos....barracas de madera, música callejera y un señor en moto con un sinfín de instrumentos musicales...
Pero ni rastro de los animales.
Menudo chasco cuando después de una hora buscándolos ya confirmamos que los animales este año no venían al Privilegio de la Unión. Nos contaron que parecía que se había quejado la protectora de animales. La verdad es que los pobres estaban un poco agobiados en tan poco espacio y con tanta gente alrededor. Para ver animales, mejor en su entorno!
Así que mi hijo de repente se aburrió. "Menudo rollo", me dijo. Vámonos a casa. Y cuando ya emprendíamos el camino de retorno nos llevamos la gran sorpresa: los Gigantes de lo viejo!!!! Ahí estaban, empezando su andadura del día. Yuhu! (Pero por qué nunca me entero de estas cosas??????)
En fin. No habíamos venido preparados (mi hijo es incapaz de verlos si no les acompaña con el sonido de su tambor) así que fuimos a casa a por el instrumento (más vale que vivo cerca....). Y disfrutamos de una soleada y calurosa mañana con los bonitos Gigantes de lo viejo. Que mira que son guapos.
Volvimos a casa contentos. "Mami, no hemos encontrado animales pero he visto a los Gigantes".
Así que felices.
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